Reconciliación
Últimamente, cada vez que venía mirándose en el espejo se deprimía. No
quería verse más: apenas levísimos rasgos de su pasado reconocía en ese rostro.
Pero ayer, en la ojeada involuntaria y preocupada, se reconoció en la
imagen del padre: ojos suyos, cabellos suyos y el hoyuelo de la barba. Lo miró
detenidamente y se reconcilió.
Félix
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