Ni la bestia, ni el hombre, ni la flor...
Naturaleza en el amor revive.
Ningún ser sin amor tiene sentido;
el inerte parece que se inhibe,
mas también por amor está regido
del orden y armonía que se inscribe
del cosmos por amor embellecido.
Ni la bestia, ni el hombre, ni la
flor
tendrán vida en la vida, sin amor.
Félix
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