Cuando el abuelo despertó
La última
contracción de María puso muy nervioso a José, que fue incapaz de calentar el
agua; ella tuvo que arreglárselas sola. El alumbramiento cogió por sorpresa a
todo el mundo; sólo el pollinejo estaba en su lugar y, en un ejercicio de
responsabilidad asnal, emitió un rebuzno templado para llamar al buey, su
compañero, que estaba pastando en el prado ten campante.
Los
ángeles se vieron sorprendidos y tuvieron que improvisar a toda prisa su
‘hosanna’ de anuncio a los pastores; éstos, adormilados, se miraban unos a
otros y tuvieron que correr a escoger los corderillos, mientras las pastoras
preparaban sus cestillos con la miel y el requesón. Los Reyes, que no se lo
esperaban todavía, avisaban a sus pajes apresuradamente mientras Melchor se
impacientaba. El castillo de Herodes tenía las ventanas apagadas, pues a los
obreros no les había dado tiempo de instalar los candiles. El río de plata
discurría, pero la lavandera no había llegado; y el puente por donde había de
pasar el pavero con sus pavos y la carreta cargada de leña, estaba sin hacer.
La mujer que debía llevar al hombro el cántaro de leche se había dormido y a la
niña de los dos pichones en la mano todavía le estaba haciendo las trenzas su
mamá…
Mas…,
cuando el abuelo despertó, vio que la pequeña Delia estaba allí y le decía:
‘Abuelo, ¿cuándo terminaremos de poner las figuritas’?
Félix
Imagen:https://www.blogger.com/
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada