divendres, 20 d’octubre del 2023

 ¡Imákúúú!

Inmaculada, siempre Inmaculada,

hermosa toda tú.

Aún grito tu nombre muchas veces:

¡Imákúúú! Con cuánto amor gritaba…

Bandada de pájaros-recuerdo,

pero ninguno negro, de colores,

cada vez que te pienso. No hay espacio

ni lugar ni paisaje;

no hay arriba ni abajo, siempre estás

toda tú tan hermosa.

Pajaricos que anidan en mi frente

y en mi pelo tan cano,

querida compañera micológica:

el Papa en la ventana y  ventanilla;

la Gran Muralla y foto;

partidas de parchís acaso miles;

barbacoa nupcial;

-revultos van los pájaros sin orden

y todos a la vez se me amontonan-;

espeto de sardinas, y el Indalo

melonao, un fado y un presunto;

rodaballo, Obradoiro;

un silbido ente pinos;

cagatió en Valencia;

un Sebastián con liebre;

un Paco y la gaviota;

una Carmen, fartons;

un muñeco de nieve,

sobre el blanco impoluto,

los animales graban sus mensajes;

dos  sacos de dormir y un buen cuscús,

qué bien luce el morito mi pijama;

paraguas en la isla y talayots;

Un Jordi en Gibraltar

Una flor, un guardián, mucha vergüenza;

un vino de Pitarra;

la tienda, el bungalow y los hoteles;

‘no me malinterpretes, compañero’;

colchón y bicicleta,

calcetín, calzoncillo y los adobes;

a l’ast un pez espada y un cerdito;

puntillitas, el mar y María Antonia;

Can Torras, la Joana, poesía,

los íntimos momentos…

Anidan tantos pájaros, Imaku,

y hay tanta algarabía en su piar

que los voy dispersando.

Hay uno que se queda, sin embargo

en el último adiós de aquella noche:

sin duda el más hermoso.

Imagen:https://www.blogger.com/

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