diumenge, 1 d’octubre del 2023

CARTA CUASIPÓSTUMA 

Hola, amiga:
Te conozco muy bien. Las dos somos muy viejas.
A mí, que soy una mujer y muy coqueta no me importa confesar que ya cumplí noventa y nueve. En cuanto a ti, siguiendo las enredaderas de todas las edades hacia atrás y desandando todos los periodos, constato que ya estabas allí. No te has perdido ni uno.
Te conozco muy bien. Eres la muerte.
En los…cuaternarios ya dejaste constancia. Y en los…triásicos de los mesozoicos. Incluso en los…jurásicos esos te han encontrado petrificada en caracolas y reptiles.
Hasta al…proterozoico llegaste fosilizando en ámbar los insectos. En resumen, que por todos los plistocenos de los tiempos hiciste fechorías.
Perdóname la broma, pero son millones de años firmando autógrafos.
Amiga, me caes bien. Ven cuando quieras.
Tengo la mente clara y es lo que tengo, porque cuerpo ya casi no me queda. Y este poquito, aunque nada me falta, es tan poquito…que ni la silla de ruedas en la que me paso el día, voy necesitando.
Me queda un montoncito de moléculas, cada vez más pequeño. Y el mínimo montón disminuye en la medida que pierde la materia para volverse espíritu. Sólo voy siendo eso, espíritu. Sólo y nada menos.
Ya falta poco, yo lo sé. Y sé también que ésta, tampoco te la pierdes. Con pasos quedos llegas, pero te oigo llegar.
No importa. Yo misma te lo iba a recordar, por si andabas despistada.
¿Sabes? Está muy bien. Desde aquella primera caracola he sido una más en el número infinito. Esa es mi humilde participación en la progresiva ordenación del cosmos y de ello tengo conciencia. Ya me realicé. Puedes venir, pues estoy definida en todos mis perfiles.
Un abrazo, mi amiga, cuídate.

Joana.

Félix

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