dissabte, 1 de juliol del 2017

Sangre y oscuridad en  la Ciudad de la Luz

Han muerto tus hermanos y los míos.
Los otros, también de raza humana,
los han asesinado.

Nos explotó su odio en viernes trece
y la sangre llegó por las pantallas
manchándonos las manos.

En el nombre de Dios, maldita gracia,
nos dejaron el alma agonizante
y el cuerpo destrozado.

¿Y quién pondrá cordura -me pregunto-
a tanto fanatismo intolerante
brutal y desalmado?

Mi oración junto al lloro, no sé más.
¡Qué impotencia, qué rabia y qué tristeza!

¡Cuánto dolor, hermanos!

Félix

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1 comentari:

  1. En nombre de Dios se han hecho guerras, conquistado territorios, ahora destrozan personas aleatoriamente parece. Pero no nos ponemos de acuerdo contra esta barbarie que no beneficia a nadBuen poema que dice mucho en no muchas palabrasie y deja rios de lágrimas y sufrimiento.

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