divendres, 22 de novembre del 2024

Pradera inmarcesible

Así que empecé a andar

por la verde pradera luminosa

de mi particular adolescencia,

un trébol me encontré, ¡feliz hallazgo!

 

–¿Pues qué –tú me dirás- no hay un millón?

–Sí –te contestaré- mas este trébol

tenía cuatro hojas, créeme.

-No existe –me dijiste-, no te creo.

 

No insistí, qué más da; los que lo niegan

son aquellos que tanto lo buscaron

y perdieron sus días sin hallarlo.

 

Yo os puedo asegurar que lo encontré:

es hermoso y lozano.

Después de tantos años, todavía

a su lado me encuentro ilusionado

con él, en la pradera luminosa,

como cuando por suerte lo encontré,

siendo dulce regalo

de Quien Todo Dispone.

Félix

Imagen:https://www.blogger.com

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