dilluns, 27 d’agost del 2018


Se me ha clavado un lirio en el costado

Se me ha clavado un lirio en el costado
de la eclosión florida de tu cuerpo;
y me ha cegado un nido de relámpagos,
haciéndote el amor esta mañana.

Asomado al lago de tus ojos
te he visto sonreír, ingenua y pura
como cuando muchacha;
y mis labios buscaron temblorosos
los tuyos para el beso.

De nardos olorosos
y nomeolvides dulces fui sembrando
con leves mordisquitos
tu piel que se irisaba; y un puñado
de pájaros heridos, lastimados,
salieron de tu boca y de la mía.

Después… la lluvia, en suave sirimiri,
nos empapó los vientres;
y enlazadas las piernas, conservaron
el rescoldo sagrado
de nuestra zarza ardiente de los sexos.

En tu cuerpo: perfumes olorosos
de la tierra mojada,
de la menta del huerto,
de la yerba segada
y del pan artesano que, desnudos,
horneamos tú y yo.

Félix

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