¡Qué
bien se está, mujer!
¡Qué bien se está, mujer,
en la puntita misma de tu lengua
y a punto de decirme!
Cada vez que me nombras
- bendito verbo milagrero –
me recreas,
de la nada me naces:
“nada por aquí, por allí nada…”
y yo otra vez, con mi perfil exacto,
dibujado en el cómo y en el modo,
volumen y sustancia,
la superficie toda con la peca en el sitio.
¡Qué bien se está, mujer,
en la puntita misma de tus labios
y a punto de besarme!
Cada vez que me besas
-bendito espíritu vital –
me revives
y otra vez el juego malabar…
Cada vez que el beso milagrea,
“tú no, tú no, tú no”,
y ya puedo nombrarte con tu perfil exacto,
volumen y sustancia,
pero alma, alma, alma, tu alma toda.
¡ Qué bien se está, mujer,
en la puntita misma de tu lengua
y de tus labios en la puntita siempre!
Félix
Imagen:https://www.blogger.com/
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