Sanlúcar
Me pasó María Antonia una aceituna,
yo, a mi vez, le pasé la puntillita,
era el mar, era el sol, era Sanlúcar,
una mesa en la raya y la sombrilla.
Como salmones suben los ingleses
escaldados y rojos, a Sevilla
en un Guadalquivir azul de gracia
por la Torre del Oro descendida.
Blancas boyas dividen las dos aguas,
blancas de luz y cal las dos orillas.
Me grita desde el cielo una gaviota,
oye la voz del mar una mocita,
pie desnudo en el agua y un “ozú”
arrastrado y redondo en su sonrisa,
sedoso como el cutis de sus senos
y “jondo” como el hondo en sus pupilas.
Dulce olor de azahar bajo el naranjo,
en los labios, sabor a manzanilla.
Félix
Imagen:https://www.google.com/
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