diumenge, 21 de març del 2021

A la prosa agonizante

 Se acerca a medianoche,

la última de todas, pronunciando mi nombre.

Viene, guadaña en mano,

con una oruga sucia, en la cuenca del ojo.

Un lacrimal perenne alimenta el acuífero

de la Estigia, y en ella

los espectros asoman sus cabezas

y las ánimas todas, al son de la campana

que el buen Caronte tañe,

bailan pero lamentan la ausencia de los cuerpos.

Las lápidas resbalan en las tumbas

y queda el camposanto engalanado

de obscenos fuegos fatuos.

La carne tumefacta de la prosa

juega a esconderse detrás de los cipreses,

Un poema desnudo, que se quedó en los huesos

-“descansa en paz”- le dice.

Félix

Imagen:https://www.google.com/

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