Lentejas
Para engañar al tacto serviría
una piel de cabrito, sin embargo
no era necesario para el ojo:
el padre estaba ciego.
Por entonces no estaban descubiertas
las patatas, yo creo que el artista
pensó que para el caso bien valdría
un guiso de lentejas.
La mamá fue la musa inspiradora,
la autora intelectual de la comedia
–él es más cariñoso- se decía
para justificarse.
No creo que el mayor se arrepintiera
de lo que había hecho: generoso,
soñador y bohemio, ¿qué importaba
la primogenitura?
Él era cazador vocacional,
poco hogareño acaso, muy bravío.
despegado de faldas y arrumacos,
un tanto montaraz.
De no haberse comido él las lentejas
ahora se arrepiente el más pequeño.
Famoso es desde entonces el sujeto
por gran estafador.
Félix
Imagen:https://www.blogger.com/
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada