Pino de la dehesa
El abuelo del mío
ya te tocó, mi pino centenario,
pasó las yemas de sus dedos
por esta superficie de tu piel,
por tu toza curtida y cuarteada
de soles, lunas, vientos y nevadas
de varios siglos ya.
ya te tocó, mi pino centenario,
pasó las yemas de sus dedos
por esta superficie de tu piel,
por tu toza curtida y cuarteada
de soles, lunas, vientos y nevadas
de varios siglos ya.
Aproximo mis palmas extendidas
al áspero reclamo de tu piel
y encajo mis falanges
por estos canalillos
donde también las suyas encajaron
todos nuestros ancestros.
al áspero reclamo de tu piel
y encajo mis falanges
por estos canalillos
donde también las suyas encajaron
todos nuestros ancestros.
Hijas y nietas son también
de aquellas coetáneas de mis antepasados
estas tan minúsculas hormigas y arañitas
de afanes impensables
que transitan caminillos sinuosos,
en trajín incesante de subir y bajar.
de aquellas coetáneas de mis antepasados
estas tan minúsculas hormigas y arañitas
de afanes impensables
que transitan caminillos sinuosos,
en trajín incesante de subir y bajar.
Pego mi pecho a tu cálido tronco,
mi mejilla en tu toza,
mis brazos rodeando tu contorno
sin abarcarlo entero
y, cerrando los ojos,
comulgo con los míos de antes y después
a través de este "médium" formidable,
mágico milagro de la vida y la muerte,
tantos siglos en pie, mirando al cielo.
mi mejilla en tu toza,
mis brazos rodeando tu contorno
sin abarcarlo entero
y, cerrando los ojos,
comulgo con los míos de antes y después
a través de este "médium" formidable,
mágico milagro de la vida y la muerte,
tantos siglos en pie, mirando al cielo.
Félix
Me encantó este pino el primer día que lo vi. le has hecho un merecido homenage
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